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Tecnofilia: una Adicción Comportamental

 

La Tecnofilia se relaciona estrechamente con las adicciones comportamentales. Estas adicciones se vinculan con actividades heterogéneas, generalmente agradables para el individuo, que no suponen el consumo de una sustancia química. Los individuos que las padecen realizan una acción determinada en forma permanente. Un ejemplo de adicción comportamental es la permanencia ininterrumpida frente a la computadora u otros dispositivos que permitan al individuo estar online. El sujeto no puede interrumpir dicha conducta, lo cual le confiere su carácter adictivo. Ante la interrupción sobreviene un nivel elevado de ansiedad que solo cede si se retoma la conducta adictiva.


La adicción al uso de Internet es frecuente y tiene lugar en poblaciones con diversas características en todo el mundo. En la actualidad se la considera un problema de salud pública debido a su magnitud y consecuencias. Como es de esperarse, la adicción a Internet guarda una relación estrecha con la adicción al uso de dispositivos como el teléfono móvil y los videojuegos. El paciente que presenta este cuadro tiene una necesidad obsesiva de estar conectado a Internet. Los individuos más afectados son de sexo masculino, jóvenes, de clase media en adelante y presentan conocimientos sobre computación. La asociación con trastornos como la depresión, la ansiedad y los disturbios atencionales es frecuente.

Como consecuencia del uso abusivo de Internet se ve afectada la salud física, ya que pueden aparecer trastornos posturales y oftalmológicos. Asimismo, puede afectarse la salud psíquica debido a los síntomas de obsesividad, ansiedad y abstinencia que presenta el paciente adicto. Además, se observará disfunción social ya que la conducta adictiva representará un obstáculo para las relaciones interpersonales “reales”. La disfunción académica resultará de la imposibilidad del paciente para concentrarse en tareas que excedan el mundo virtual debido a la necesidad imperiosa de chequear su correo electrónico, su perfil en una red social, etc. Además, la habituación para realizar varias tareas al mismo tiempo disminuye la capacidad para disfrutar.

Un trastorno que puede asociarse con la adicción a Internet es la fobia social. En este caso, el paciente puede tener un desempeño virtual aparentemente “normal” pero se observa una disfunción interpersonal notoria en situaciones no virtuales. El paciente con fobia social puede encontrar en la tecnología una vía de interacción con el mundo que enmascara y refuerza su padecer, al favorecer aún más el aislamiento. Otro trastorno de ansiedad para el que puede resultar funcional la tecnofilia es el trastorno de pánico con agorafobia, ya que el paciente puede recurrir al mundo virtual al encontrarse limitado para salir de su hogar e interactuar con el afuera por miedo a padecer un ataque de pánico y no recibir ayuda.

El diagnóstico de la adicción a Internet en la práctica clínica no es sencillo debido a que el paciente omite información sobre su comportamiento y no siente que el mismo constituya una enfermedad. En general son los familiares quienes solicitan la intervención profesional al notar el problema y no saber de qué modo proceder. Además, los sistemas diagnósticos empleados en la actualidad no incluyen criterios para su reconocimiento. De todos modos, se propuso la inclusión del “Trastorno de Adicción a Internet” en la quinta adición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-IV), la herramienta diagnóstica más utilizada en el ámbito psiquiátrico. Los criterios a considerar para identificar el problema incluyen:

-      Preocupación por los juegos en Internet.

-      Síntomas de abstinencia ante el impedimento de navegar por Internet.

-      Tolerancia, es decir, necesidad de pasar cada vez más tiempo dedicado a Internet.

-      Intentos fallidos de controlar la utilización de Internet.

-      Uso excesivo de Internet a pesar de conocer sus consecuencias negativas.

-      Pérdida de intereses previos con excepción de uso de Internet.

-      Utilización de juegos en Internet para mejorar el estado de ánimo.

-      Omisión de información sobre la duración del uso de Internet a allegados y profesionales.

-      Riesgo de pérdida o pérdida real de relaciones debido al uso de Internet.

 

 El tratamiento de los pacientes con adicciones comportamentales se basa en la terapia cognitivo conductual (TCC). Esta estrategia terapéutica es de duración breve y se centra en el problema actual. Permite identificar conductas erróneas e indeseadas con el fin de modificarlas, lograr que el paciente adquiera herramientas para controlar sus síntomas y, de este modo, erradicarlos. También puede ser necesaria la complementación de la TCC con el tratamiento psicofarmacológico, el cual será prescrito por un médico psiquiatra.

 

Dra. Daniela F. Roisman, Médica Psiquiatra

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